En la Unión Europea, los edificios acaparan el 40% del consumo de energía, dados sus requerimientos de calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria. Esta cifra cobra mayor relevancia al considerar que más del 75% del parque inmobiliario es energéticamente ineficiente y representa un 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). En 2010, la Comisión Europea definió y reguló los
edificios energéticamente eficientes o de consumo de energía casi nulo, (nearly Zero Energy Buildings nZEB). De esta directiva (
2010/31/UE) derivaron instrucciones y obligaciones a los estados miembros de la UE para implementar medidas de ajuste.
Edificios energéticamente eficientes o de consumo de energía casi nulo: definición y características
Los
edificios energéticamente eficientes representan una nueva era en la arquitectura y la construcción. En esencia, se definen por su extraordinaria capacidad para minimizar el consumo de energía, aprovechando al máximo las fuentes renovables disponibles. Estas construcciones, según la Comisión Europea, deben tener en cuenta una serie de parámetros clave:
- Las propiedades térmicas reales del edificio: capacidad térmica, aislamiento, calentamiento pasivo, elementos de refrigeración y puentes térmicos.
- Instalación de calefacción y suministro de agua caliente (ACS), con sus elementos de aislamiento.
- Sistemas de climatización.
- Ventilación natural y mecánica que puede incluir sistemas herméticos sin infiltraciones.
- Instalación de iluminación natural incorporada, más enfocado hacia el sector no residencial.
- Características como el diseño, posicionamiento y orientación del edificio, teniendo en cuenta las condiciones climáticas externas.
- Sistemas solares pasivos y protección solar.
- Condiciones climáticas interiores, incluyendo el diseño de clima interior.
- Cargas internas.
De igual modo, si es relevante para los cálculos, conviene valorar la influencia positiva de aspectos como:
- Condiciones locales de exposición solar, sistemas solares activos y otros sistemas de calefacción y electricidad basados en energía de fuentes renovables.
- Electricidad producida por cogeneración
- Sistemas de calefacción y refrigeración de distrito o bloque.
- Iluminación natural.
Medidas técnicas para lograr edificios energéticamente eficientes
La eficiencia energética de estas estructuras se logra a través de una combinación de medidas técnicas cuidadosamente diseñadas:
- En primer lugar, se enfoca en la hermeticidad de la edificación, garantizando la ausencia de infiltraciones de aire y el control preciso de la entrada de aire para mantener una calidad ambiental ajustada al código técnico. Además, se incorporan sistemas de recuperación de calor y free-cooling para optimizar el uso de la energía.
- Por otro lado, la integración de sistemas solares, tanto pasivos como activos, desempeña un papel fundamental en la generación de energía en estos edificios. En este sentido, la energía solar se aprovecha en todas las etapas para reducir la dependencia de fuentes de energía convencionales para la calefacción, suministro de agua caliente y el enfriamiento.
- Además, se implementan sistemas de almacenamiento energético para gestionar los picos de demanda y optimizar el uso de la energía generada. Esta combinación de tecnologías y prácticas de diseño contribuye a la creación de edificios altamente eficientes y sostenibles.
- Si bien las directivas de la UE establecen estándares generales, cada país miembro tiene la libertad de definir los edificios energéticamente eficientes de acuerdo con sus necesidades y condiciones específicas. Esto abre la puerta a la innovación y la creatividad en la búsqueda de soluciones energéticas óptimas para el futuro.
Nuevas normas para impulsar la transición a edificios energéticamente eficientes
En diciembre de 2023, el Parlamento Europeo y el Consejo acordaron medidas decisivas para reducir las emisiones y el consumo de energía en los edificios de la Unión Europea. Su propósito es fortalecer la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios (DEEE).
Esta revisión de la Directiva pretende mejorar la calidad de vida de los ciudadanos europeos reduciendo su dependencia de fuentes de energía contaminantes. Por igual, la iniciativa busca aminorar las emisiones de gases de efecto invernadero y reducir las facturas energéticas de los hogares y lugares de trabajo. Más aún, esta legislación contribuirá a impulsar la independencia energética de Europa y a fortalecer la economía del sector de la construcción en la UE.
En síntesis, las medidas más relevantes son:
- Cada Estado miembro tendrá la flexibilidad de establecer su propia trayectoria nacional para reducir el consumo de energía primaria de los edificios residenciales y no residenciales para 2030 y 2035, adaptándose a las circunstancias particulares de cada país.
- En el caso de los edificios residenciales, se espera una reducción del 16% para 2030 y del 20-22% para 2035, con al menos el 55% de esta disminución proveniente de la renovación de los edificios menos eficientes. Para el sector no residencial, se exigirá una mejora gradual mediante normas mínimas de eficiencia energética, lo que resultará en la renovación de un porcentaje específico de los edificios menos eficientes para 2030 y 2033.
- Es pertinente destacar que estas medidas se implementarán considerando las necesidades de los ciudadanos más vulnerables. Se pondrá un énfasis especial en combatir la pobreza energética y reducir las facturas de energía, con medidas de financiación dirigidas a respaldar las renovaciones en los hogares menos eficientes.
Un impulso a la renovación como base de la eficiencia energética
Del mismo modo, la revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios (DEEE) representa un paso audaz hacia la transformación del panorama de la construcción en la UE. Este ambicioso acuerdo tiene como objetivo activar una oleada de renovaciones en el sector construcción, promoviendo la transición hacia
edificios energéticamente eficientes y más sostenibles.
Precisamente, una de las principales disposiciones de esta reformulación es la elaboración de planes nacionales de renovación de edificios por parte de los Estados miembros. Los mismos servirán para establecer estrategias de descarbonización de los parques inmobiliarios y abordar barreras existentes, como la financiación y la disponibilidad de trabajadores cualificados. Asimismo, se establecerán sistemas de pasaporte de renovación de edificios para guiar a los propietarios en sus esfuerzos de renovación hacia edificios de emisiones cero.
Para facilitar aún más el proceso de renovación, se crearán ventanillas únicas donde propietarios de viviendas, pymes y otros agentes del sector podrán recibir apoyo y orientación personalizados. Esta medida busca agilizar y simplificar el acceso a recursos y servicios relacionados con
mejorar la eficiencia de los edificios.
No más calderas a gas y establecimiento de la norma 0 emisiones
Otro aspecto fundamental de la Directiva revisada es la eliminación gradual de las calderas alimentadas con combustibles fósiles. A partir de enero de 2025, no se otorgarán subvenciones para la instalación de este tipo de calderas, marcando así un hito en el abandono de los combustibles fósiles en la calefacción y la refrigeración de los edificios. Se establecerán requisitos claros para los generadores de calor basados en las emisiones de gases de efecto invernadero y el uso de energías renovables.
Por cierto, la Directiva revisada establece una norma de cero emisiones para los edificios nuevos. A partir de enero de 2028 para los edificios de propiedad pública y de 2030 para todos los demás edificios nuevos, se requerirá que estos generen cero emisiones in situ procedentes de combustibles fósiles. Esta medida fomentará la adopción generalizada de energías renovables, especialmente la solar fotovoltaica, en la construcción de nuevos edificios, allanando el camino hacia un futuro más limpio y sostenible. Puedes conocer más sobre los
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